Los grupos sociales que inicialmente habitaban el núcleo hiperárido del Desierto de Atacama en el norte de Chile durante el Pleistoceno tardío integraron una amplia gama de bienes e ideas, locales, regionales y supra regionales, para su reproducción social, como lo sugieren las evidencias arqueológicas materiales recuperadas en varios campamentos al aire libre en Pampa del Tamarugal (PdT). Los recursos locales para mantener su vida diaria, incluían materias primas líticas, fibras de plantas y animales, presas de caza y agua dulce adquiridos en un radio de ̴30 km (ca. 1-2 días de viaje). A escala regional, se introdujeron algunos elementos desde la costa del Pacífico (60-80 km hacia el oeste, ca. 3 a 4 días de viaje), incluidos rodados redondeados alargados, utilizados como percutores en la producción lítica y conchas, especialmente de especies no comestibles de moluscos. Desde los Andes (80-150 km al este, ca. 5-8 días de viaje), obtuvieron fibra de camélido, obsidiana y una calcedonia de alta calidad, además de compartir conocimientos sobre diseños de puntas de proyectil (tipo Patapatane y Tuina). También se llevaron a la PdT trozos de madera de una especie de árbol de los bosques tropicales (Ceiba spp.) de las tierras bajas al este de los Andes (600 km de distancia, ca. 30 días de viaje). Mientras que los bienes locales fueron adquiridos por la circulación de personas dentro de la PdT, el pequeño número de artículos foráneos se adquirieron a través de redes de intercambio que integraron comunidades locales dispersas en varios ecosistemas; lo que debió ser un factor clave detrás del éxito demostrado por estos primeros cazadores-recolectores en los ecosistemas hiperáridos del Desierto de Atacama hacia el final del Pleistoceno. Diferentes líneas de evidencia arqueológica que incluyen campamentos al aire libre, talleres, canteras, artefactos líticos, restos arqueofaunales, fibras y textiles de plantas y animales, restos arqueobotánicos y datos paleoecológicos, muestran que la gente de la PdT manejaron una amplia gama de elementos culturales desde la costa del Pacífico, el altiplano andino y el bosque tropical, que se integraron a los recursos recolectados localmente dentro de los sistemas socioculturales establecidos al final del Pleistoceno. Estos resultados se interpretan como una expresión material de una red de múltiples escalas para la gestión de recursos y otros requisitos sociales e inmateriales, lo que en otras palabras, significaría que estos grupos sociales estaban conectados activamente con redes de interacción regionales (costa y tierras altas) y supra-regionales (transandinas) desde y hacia la PdT.